Gente especial

Porque este mundo cruel también puede tener personas buenas. Porque siempre habrá hombros dispuestos a sanar tus penas. Porque siempre habrá labios que sonrían para ti. Esas personas que tanto harán por ti, esas que a veces cuesta encontrarlas y otras están a la vuelta de la esquina. Esas son la verdadera llave de la felicidad.

Pero también están esas otras que ocultan su verdadero y malvado ser bajo una capa de falsa bondad. Utilizan a la gente como si de marionetas personales se trataran. Cuesta descubrirlos, ya que se ocultan muy bien y son capaces de dominar a cualquiera. Por eso mismo hay que tener los ojos bien abiertos y elegir a las personas que van a ser tus amigos con cuidado.

Nuestro mundo

Todos necesitamos un lugar, tanto físico como mental, donde podernos alejar de todos los problemas de la vida real y disfrutar de una paz interior inexplicable. Para la mayoría de la gente, ese lugar es físico; pero hay otras personas que han encontrado un rincón en su mente donde poder crear su propio mundo y vivir en él más felices de lo que son en realidad. Y quizás la mitad de esas personas son aquellas a las que siempre vemos sonriendo y nunca lloran. Porque el enorme poder de la mente humana es el mayor misterio de la vida.

Y quizás diciendo esto estoy desvelando el secreto de la felicidad. No tengo ni idea. Tan sólo sé que he podido comprobar, personalmente, que el Mundo Interior existe. Y está dentro nuestro. Un mundo distinto, placentero, que nos deja una sensación de alegría en nuestros corazones.

Sobre el lugar físico, no puedo decir mucho. Yo no tengo. La mayor parte de mi tiempo lo paso delante del ordenador (sí, soy una viciada). Pero lo cierto es que pienso que eso también tiene que ser muy reconfortable.

Bueno, cada persona es única, y nadie piensa de la misma forma que otro.

La realidad de las personas

Yo creía en el amor verdadero. Yo creía en la bondad humana. Yo creía que todos tienen un lado sensible. Pero estaba equivocada... Tan equivocada. Y sonrío por la calle, finjo estar feliz ante mis conocidos. Pero ojalá fuera tan fácil no poder llorar. Aunque una única lágrima haya conseguido salir de entre las grietas de los muros que he creado a mi alrededor, eso ya es demasiado.

Ya no soy capaz de escuchar algunas canciones, ya no soy capaz de leer sin lograr no pensar en la maldad de algunos seres que no tendrían por qué llamarse personas.

Y ya no volverá a pasar. Nada volverá a ser lo mismo. Mi inocencia había estado retenida en mi interior demasiado tiempo, y al final se ha ido. Para siempre. Ya no soy una ingenua.

Nunca más.

Deseos

A todos nos ha pasado alguna vez que hemos visto una estrella fugaz, hemos cerrado los ojos, inspirado más fuerte, sonreído con melancolía e imaginado música de fondo mientras nuestra mente pedía un deseo. Cuando éramos pequeños eso podía colar, pero a medida que crecimos, comprendimos que esa estrella fugaz sólo era la cola de un cometa. Un cometa. Descendiente de la ciencia, no de la magia. Pero había gente que, aún sabiendo eso, no le importaba pasar el rato pidiendo deseos a las estrellas fugaces, porque siempre habían creído en ello y, aunque no lo sepan, eso los desahoga. Porque su más profundo interior aún cree en esos hechos.

Y aunque el mundo sea cruel, mezquino y despiadado, nunca debemos olvidar eso que brilla en nuestro interior, esa "estrella" almacenada en nuestro corazón donde guardamos la verdadera magia que poseemos cada uno: la esperanza.

Oídos sordos

Todos tenemos un sueño, una meta, un algo a lo que aferrarse para conseguir la felicidad. Y fuera de ese sueño, está la gente que nos impulsa a que lo olvidemos, a que nos avergoncemos de él incluso. Ésa gente empieza a hablar porque alguien es distinto a ellos. ¿Acaso todas las piedras son idénticas? ¿Si te dan a elegir entre dos diamantes de igual peso pero uno es redondo y el otro cuadrado, cuál elegirías para vender? Que más da, los dos pesan lo mismo. Puede que sea más comodo el esférico, pero al fin y al cabo, los vas a vender.

Lo que intento decir es que si a ti te gusta algo, la opinión de los demás no tiene por qué afectarte. Que cada uno sea como le dé la gana. Es su vida.

El tiempo vuela

Cada momento es importante, cada experiencia es indinspensable para poder tener un futuro. Debes aprender a organizar tu vida, en lugar de tenerla de cualquier manera. Es bueno que las cosas lleguen de repente, sin plantear, pero otra cosa es vivir por la cara. Hay más personas en el mundo, y no digo que se tenga que agradar a todas, pero al menos no se tiene porqué herir los sentimientos de los demás sin ton ni son.

Llegará el día en que parecerá que todo dé un vuelco, pero en realidad lo que ocurrirá es que te darás cuenta que ya es demasiado tarde, que el tiempo ha pasado, y tu oportunidad se ha ido con él. Por eso mismo debes pensar meticulosamente las decisiones que realmente quieres tomar, para luego no arrepentirte durante toda tu vida.

Exámenes

Deprimentes, insoportables, pero ahí están. Y ahora mismo estoy extresada por culpa de ellos. Las entradas no serán tan abundantes a partir de ahora.

A cara descubierta

Es hora de dar un paso adelante y empezar a vivir de verdad. Nada de escondites, nada de vergüenza, nada de arrepentimientos. Porque, al fin y al cabo, acabas olvidando la mayor parte de lo que te ocurre. Además, cuando dejas de esconderte, te sientes mejor. Sientes que tienes más libertad y seguridad en ti mismo. Vale la pena.

Falsedad humana

Ahora quiero que todos demos un aplauso irónico para esas personas que mienten sobre ti por puro placer mientras tú estás ausente, y luego, cuando te ven, todo son sonrisas. Esas personas merecen que sepan qué es estar en la piel del otro. Tienen una visión fija, directa, como si fueran caballos a los que les ponen tablas de madera al lado de los ojos para que vayan rectos. No todo es lo que tú piensas o deseas que pase. En la vida hay más mentes que la tuya, más vidas, más sentimientos... Nadie es el centro del mundo.

En esta entrada no me enrollaré mucho, porque esas personas tan falsas ni siquiera se merecen una entrada. Son tan detestables que su nombre me quema en la lengua.