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lunes, 17 de octubre de 2011

Deseos


A todos nos ha pasado alguna vez que hemos visto una estrella fugaz, hemos cerrado los ojos, inspirado más fuerte, sonreído con melancolía e imaginado música de fondo mientras nuestra mente pedía un deseo. Cuando éramos pequeños eso podía colar, pero a medida que crecimos, comprendimos que esa estrella fugaz sólo era la cola de un cometa. Un cometa. Descendiente de la ciencia, no de la magia. Pero había gente que, aún sabiendo eso, no le importaba pasar el rato pidiendo deseos a las estrellas fugaces, porque siempre habían creído en ello y, aunque no lo sepan, eso los desahoga. Porque su más profundo interior aún cree en esos hechos.

Y aunque el mundo sea cruel, mezquino y despiadado, nunca debemos olvidar eso que brilla en nuestro interior, esa "estrella" almacenada en nuestro corazón donde guardamos la verdadera magia que poseemos cada uno: la esperanza.

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